Hay muchas situaciones en las que hay que pensar: ¿a quién hay que confiar su negocio, a una organización comercial o a una sin ánimo de lucro? La misma elección se les plantea a quienes están pensando en abrir su propia empresa. ¿Cuál es la diferencia entre estas organizaciones, qué otra variedad de formas proporciona la legislación?
¿Crear una organización? ¿Para qué sirve? La respuesta a esta pregunta determinará la elección del modelo jurídico para su futura empresa. En una primera fase, esta elección no es difícil, y la diferencia entre organizaciones con y sin ánimo de lucro se define de la siguiente manera:
Una organización con ánimo de lucro se crea para obtener beneficios;
Una organización sin ánimo de lucro se crea para otros fines, pero también tiene derecho a realizar actividades generadoras de ingresos si así lo requiere su objetivo principal.
En otras palabras, una organización con ánimo de lucro no tiene otro objetivo que enriquecerse. Una organización sin ánimo de lucro asume uno o varios objetivos (apoyar a niños enfermos, un refugio de animales, una nacionalidad en peligro) y gana dinero para cumplirlos: vende artesanía, obras, servicios, etc.
Hasta aquí, todo sencillo. Pero una vez superada esta etapa, nos encontramos en un mar de siglas oscuras y nombres crípticos. Para no ahogarnos en esta casuística alfabética, pescaremos y examinaremos cada forma de organización individualmente.